Contar nuestra historia es volver a recordar, es volver a pasa por el corazón todas las vivencias llenas de emociones. Contar nuestra historia es ir al baúl de los recuerdos, es ir a un espacio - tiempo con una vibración que solamente se puede sentir cuando se vive. Es ir a revisar cajas, desempolvar papelógrafos, fotos, cartas, invitaciones hechas a mano y enviadas por correo postal y recibidas en estafetas, memorias escritas con máquinas de escribir, otras hechas a mano…Es volver a emocionarnos y revivir el proceso de este movimiento que se atrevió a soñar que otra salud y otro mundo es posible.
Recorrer nuestra historia desde el inicio de esta experiencia, inimaginada allá en el 1990, nos permite sentirnos y ser parte del camino, poder contemplar las huellas, las vivencias que va dejando la caminata y disfrutar agradecidos de la magia y del asombro de ser parte de la construcción de este nuevo paradigma donde el centro es la VIDA:
Al contar la historia, descubrimos cinco momentos:
VI Encuentro
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San Pedro – Misiones - 1996 - VI Seminario LAI-CRIMPO-SALUD-NEA, bajo el lema “La salud en manos de la comunidad”. Es el primer encuentro que tiene este lema, y a partir de aquí se comienza un análisis profundo que le va a dar identidad al movimiento.
Se establecen algunos criterios que definen “La salud en manos de la comunidad”, como son: usar la libertad que Dios nos ofreció, compartir lo que sabemos, cuidarnos, prevenir el malestar físico, psíquico y espiritual, compartir charlas, rezos y oraciones, promocionar el auto-cuidado, tener una vivienda digna, trabajar, compromiso de asumir decisiones en relación a la salud debido a la desocupación y ausencia de servicios sociales, estar bien con el ecosistema.
Desde el concepto “La salud en manos de la comunidad” todos sabemos, todos decidimos, si bien algunos hacen, se considera fundamental la autogestión para una alimentación saludable, incorporar alimentos silvestres, para la utilización de plantas medicinales. También es necesario una gestión organizada para, por ej. realizar masajes, digitopuntura, elaboración de productos con plantas, control del crecimiento de los niños, cuidado del monte. A la vez que es necesario exigir gestiones dignas en los hospitales, en relación al agua potable a los microemprendimientos, etc.
Este encuentro marca el inicio de la confraternización con profesionales, técnicos y personas de la comunidad. Se da la particularidad de que se integran participantes que vienen de Rosario (Santa Fe), personal del sistema de salud y médicos, además se comienza a articular con el PSA, Programa Social Agropecuario. (Programa nacional para pequeños productores), continuando la profundización del concepto de que para tener una buena salud en necesario tener alimentos sanos que provengan de tierras sin agrotóxicos.
Se proponen que estos encuentros ya no se llamen “LAICRIMPO”, dado el carácter popular que ha adquirido, pero un grupo de personas, la mayoría proveniente de las comunidades manifiesta que “el LAICRIMPO ya es nuestro” marcando fuertemente su sentido de pertenencia e identidad.
Se visitan varias experiencias en Colonia Paraíso y Fracrán, donde hay familias lideradas por mujeres que han optado por la agricultura agroecológica, como forma de subsistencia.
Se concluye que el Camino hacia la VIDA Plena es a través de la solidaridad, los afectos, propiciando la suma de saberes, desde el concepto de salud integral, de la mano de la agricultura orgánica, alimentación saludable con el protagonismo de la comunidad y colocando el poder para el servicio.